Descripción del proyecto
Con una cifra de negocio de 56.400 millones de euros en 2014, el sector químico español genera el 12,4% del Producto Industrial Bruto, siendo ya la segunda mayor industria de la economía española, según los últimos datos de Contabilidad Nacional disponibles. Es además el sector industrial que más ha crecido desde 2007, con un 13,3% acumulado.La competitividad del sector a escala nacional y europea se ha visto en los últimos años amenazada debido a la fuerte competencia mundial, la aparición de nuevas políticas orientadas a asegurar la protección de la salud y el medio ambiente, y la creciente preocupación de la sociedad por el los riesgos que presentan los productos químicos y procesos productivos para la seguridad de las personas y el medio ambiente. En línea con las demandas sociales, y el compromiso con la seguridad y el medio ambiente, la Comisión Europea propuso en 2003 la implantación de una política basada en el registro, evaluación y autorización de las sustancias químicas que se fabrican en el Espacio Económico Europeo (EEE). Esta nueva política que tenía como objetivos específicos aumentar la transparencia en la información sobre las sustancias químicas, asegurar la protección de la salud y el medio ambiente, y consolidar la competitividad de la industria química, dio lugar a la publicación del reglamento (CE) n.º 1907/2006 para el registro, la evaluación, la autorización y la restricción de productos químicos (REACH), y cuyo cumplimiento ha sido y es origen continuo de discusión derivados de los altos costes que supone su implementación para las empresas, especialmente las pequeñas y medianas empresas, las cuales constituyen el 96 % del sector. El reglamento establece la necesidad de aportar información contrastada sobre los riesgos de las sustancias químicas, su puesta en común y envió a la agencia europea de sustancias químicas y mezclas (ECHA), y el establecimiento del procedimiento de autorización y restricción, donde determinadas sustancias, debido a sus riesgos potenciales para la salud y el medio ambientes, serán restringidas o retiradas del mercado. La industria química actual se enfrenta a uno de los retos más relevantes de la última década, y cuyo impacto en sector químico Europeo se ha estimado entre 2,300 y 75,000 millones de euros, considerándose un retroceso en la competitividad del sector, incluyendo la pérdida de empleos y la disminución de exportaciones. Entre los retos más significativos destacan: 1) Necesidad de desarrollar alternativas más seguras a las actuales sustancias químicas peligrosas.2) La búsqueda de alternativas a los actuales métodos de ensayo requeridos para completar la información requerida en los expedientes de registro. En este sentido, el reglamento promueve el uso de métodos alternativos conocidos comúnmente como modelos in silico, entre los que destacan los modelos de Relaciones estructura-actividad cuantitativas (QSAR), que pueden utilizarse predecir los efectos tóxicos de las sustancias químicas en el contexto regulador, e identificar estructuras y/o elementos de las sustancias que provocan un determinado efecto adverso.Los sobrecostes derivados del coste de los ensayos actuales, unido a las posibles restricciones a la comercialización de sustancias que pueden resultar clave para la competitividad de las empresas, hacen necesario el desarrollo de actuaciones que garanticen la viabilidad de la producción de las pequeñas y medianas empresas, incluida la apuesta por la investigación e innovación. El proyecto pretende abordar los retos comentados a través del desarrollo de herramientas de apoyo al diseño de sustancias químicas de baja toxicidad, manteniendo intacta su función original, y asegurando la viabilidad económica y técnica de los procesos de fabricación. El principal objetivo del proyecto es la reducción de la toxicidad y carácter alérgeno de un conjunto de 15 sustancias aromáticas de uso en formulaciones de perfumería y/o aromas alime