Descripción del proyecto
En la actualidad, son muy escasos los productos de algas comercializados y también muy escasas las microalgas cultivadas para su uso como alimentación. Sin embargo, las microalgas también acumulan de forma natural otros lípidos de valor comercial en la industria de la alimentación e incluso de los combustibles, aunque en esta última vía los resultados alcanzados en proyectos previos, no han sido los esperados. Conseguir que las microalgas acumulen uno u otro tipo de biomoléculas estriba, esencialmente, en el conocimiento exhaustivo de las rutas bioquímicas de síntesis de los compuestos de interés y de los factores que las regulan ya que la composición química de las microalgas no es un factor intrínsecamente constante, sino que varía en un amplio rango en función de distintos factores como la temperatura, iluminación (intensidad, longitud de onda y fotoperiodo), pH del medio, suministro de CO2, concentración y tipo de nutrientes, especialmente fuente y concentración de nitrógeno, salinidad y fase de crecimiento. La proporción de los constituyentes de distintas algas puede modificarse muy específicamente variando las condiciones de cultivo, incluso estas variaciones dependerán de la especie de microalga utilizada, no sólo la composición bioquímica bruta de una especie, sino también la composición y concentración de aminoácidos, así como la composición de los lípidos, el grado de insaturación de los ácidos grasos o el contenido en vitaminas, que dependen de las condiciones de cultivo y del momento del ciclo de crecimiento en que se recoge la biomasa. El proyecto Algae for Healthy World 8A4HW) tiene como objetivo desarrollar las herramientas biotecnológicas necesarias para mejorar y optimizar la producción de biomasa, así como aumentar la concentración de biocompuestos de alto valor añadido para el sector de la alimentación humana (pigmentos-antioxidantes principalmente) a partir de diferentes microalgas, focalizando sus desarrollos en diferentes cepas de Spirulina, Nannochloropsis gaditana y Pyrocistis. Los resultados del proyecto se validarán en la planta piloto de microalgas en la UPT de Litoral (Almería) propiedad de Endesa, con la finalidad de demostrar los usos de las microalgas y sus extractos de interés en el sector alimentario. Este consorcio liderado por Endesa Generación y coordinado técnicamente por la Universidad de Cádiz, se propone avanzar en el conocimiento que permita llevar la luz a un plato, algo impensable hasta hace poco tiempo. Lo que simplemente vemos como luz en el mar es la bioluminiscencia, un fenómeno que se produce en casi todos los organismos que habitan en mares y océanos, desde bacterias hasta grandes peces, y que influyen en el comportamiento y la dinámica del sistema completo. La investigación desarrollada por la empresa Mar Cristal Marilum en colaboración con la Universidad de Cádiz en los últimos años, ha arrojado nuevos avances en investigaciones y tecnologías que han permitido conocer y entender las bases moleculares de la bioluminiscencia, su control fisiológico y su significado, así como de qué forma es utilizada por las diferentes especies en las comunidades marinas. El CSIC-ICB aportará sus conocimientos en el campo del desarrollo de herramientas basadas en la biología de sistemas, AINIA, participará como centro tecnológico especializado en las tecnologías más avanzadas del sector alimentario, NEOALGAE y NOVATEC como socios industriales, el primero experto en cubrir el espacio que existe entre la escala de laboratorio y los procesos industriales en el campo de las aplicaciones de las microalgas y el segundo como empresa de ingeniería y desarrollo, realizará los díseños de los fotobiorreactores y sistemas de control que optimicen la producción de microalgas.El proyecto tendrá una inversión superior al millón de euros y está totalmente alineado con el Reto de Seguridad y calidad alimentarias; actividad agraria productiva y sostenible, recursos naturales, investigación marina y ma