Descripción del proyecto
La producción agrícola en invernaderos está ampliamente extendida en Europa con una extensión de alrededor de 200,000 Ha dedicadas, de las cuales 70.000 Ha están situadas en España. Se trata de un tipo de cultivo intensivo, con altos ratios de productividad, gracias a la modernización de riego y la aplicación de sistemas de control avanzados. Sin embargo, la conciencia sobre el impacto ambiental potencial de estos sistemas intensivos y sobre la existencia de métodos y tecnologías más sostenibles no está lo suficientemente difundida entre los agricultores y los proveedores de tecnología, lo que está ocasionando en muchas ocasiones, perjuicios medioambientales sobre el suelo y los acuíferos, que de no poner soluciones, pueden comprometer seriamente el futuro desarrollo económico del sector en España, arrastrando sus efectos a otras industrias auxiliares y al empleo.Entre los avances tecnológicos aplicados en cultivos protegidos con gran potencial de desarrollo está el uso de cultivos sin suelo, los cuales permiten aumentos en la productividad y un uso más eficiente de agua y fertilizantes. La mayoría de los sistemas de cultivo sin suelo son abiertos, donde los drenajes se liberan al medio ambiente. Esto lleva consigo un gran consumo de agua y un vertido al medio de aproximadamente el 31% de nitratos, y un 48 % del potasio aplicado durante el ciclo del cultivo, cuya consecuencia es la contaminación de acuíferos y posibles problemas ambientales de eutrofización.En los últimos años, las políticas europeas y nacionales se han orientado a reducir el impacto ambiental de la agricultura intensiva entre las que destacan la reciente Directiva UE 2020/2184 del Parlamento Europeo y del Consejo de 16 de diciembre de 2020 por la que se establece un marco comunitario de actuación en el ámbito de la política de aguas. Entre otras medidas, promoviendo la progresiva transformación de la actividad agrícola con la adopción de sistemas de cultivo en superficie confinada con recirculación de nutrientes. En el área mediterránea donde más del 60 % de su producción es bajo invernadero, la implantación de sistemas cerrados en cultivos sin suelo tendría un impacto medioambiental significativo, ya que reduciría notablemente los vertidos de nitratos y fosfatos al medio. Además, supondría un importante ahorro de fertilizantes y agua, siendo ésta un recurso escaso en el área mediterránea.Esta propuesta tiene como objetivo general la demostración de la viabilidad técnica y económica de un sistema de recirculación de aguas de riego, que será probado de forma experimental en una de las mayores zonas productoras de hortalizas a nivel Europeo, como es el entorno del Mar Menor en la Región de Murcia, y que permitirá la conversión de un sistema de cultivo sin suelo abierto en uno cerrado, donde los drenajes sean reutilizados y no se viertan al medio. Este proyecto de desarrollo experimental, generará un importante efecto demostración en el área de influencia sentando las bases de un nuevo paradigma que responda a las nuevas necesidades del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia concretamente, una política palanca de infraestructuras y ecosistemas resilientes, enfocadas a reducir la vulnerabilidad de los recursos hídricos.Para ello, se ha creado un consorcio formado por empresas de tecnología agrícola y de TICs, un centro de investigación experto en nutrición vegetal y tecnologías de riego en sistema cerrado, y una empresa productora y exportadora como usuario final, donde se realizarán los ensayos. El sistema permitirá controlar los desequilibrios nutricionales producidos durante el desarrollo del cultivo, y los posibles efectos fitopatológicos en sustratos problemáticos desde el punto de vista microbiológico, como es la fibra de coco.Se prevé el ahorro de más del 50% de fertilizantes y cerca del 40% de agua, con respecto a un sistema sin suelo abierto. Evitando en su totalidad el vertido de drenajes contaminantes al medio.